El técnico forward de otros tiempos se ha topado con una defensa que no puede pasar. Lo paran a besos y abrazos.
De nada le vale el dribling que lució en las canchas desde los tiempos de EL PORVENIR y Huracán.
Es que ante tanta sonrisa y ojo picarón, casi casi de los Santos no tiene ganas de ensayar una gambeta.
Actualmente dirige el primer equipo del Globito y acaba de recibir una demostración muy amable por parte de sus dirigidos que lo obsequiaron con una comida bien regadita.
A la vez conserva su empleo en la Aduana y de vez en cuando se juega su partidito, aunque ya las tabas están medio resecas y el tiro se fue acortando.
Pero la clase y el entusiasmo duran más que el mismo "caracú".
Treina y ocho años de edad, un montón grandote de recuerdos, seis pibas cariñosas, Huracán que va bien colocado, todo es motivo de alegría.
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